Cada vez que leo noticias sobre
la Unión Europea recuerdo una frase de, Abel Veiga Copo, profesor de derecho
mercantil en ICADE: "La vieja Europa se muere precisamente de vejez.
Necesita trabajadores, estudiantes, personas que vivan, trabajen, emprendan,
consuman y sostengan un sistema que se convulsionará más pronto que
tarde."
Y es que si hoy se suspende
Schengen durante 2 años con el objetivo de detener el flujo masivo de
refugiados, podemos asegurar con rotunda firmeza la incapacidad de gestión de
todos los Estados miembros.
Es una locura suspender uno de
los fundamentos y razón de ser de la UE, la libre circulación entre los países
miembros. Si esto se aprobase deberíamos empezar a considerarnos
"disolver" la Unión Europea.
Me pregunto cómo hoy en día aún
puedan existir gobiernos que no asuman su incapacidad para gestionar estos
problemas y se nieguen a pedir ayuda incluso a ejércitos extranjeros, parecen
no darse cuenta o bien por orgullo o bien por ineptitud, que de esta forma
están poniendo en peligro a toda la Unión.
Con todo esto hasta parece normal
que países como Hungría, Alemania, Suecia o más recientemente Francia pidan la
suspensión temporal de Schengen, pero no es normal. Lo normal sería encontrar
un mecanismo para un reparto justo y solidario de los refugiados.
Pero que cabe de esperar de una
Unión que no es capaz de ponerse de acuerdo para formalizar un pacto antiyihadista
o un Banco Central que no es capaz de estimular el consumo más que inyectando
1,5 billones de euros a la economía, una política monetaria que muchos países
no están combinando con una buena política fiscal y que poco a poco nos
arrastran a esa "convulsión".
